Algunas notas sobre el papel de algodón:
Composición del papel
Antes que nada, recordemos cuáles son los componentes del
papel:
Fibras. Son el
componente básico del papel, suelen proceder principalmente de la madera pero
también de plantas como el cáñamo y el algodón.
Cargas y Pigmentos.
Son productos cuya finalidad es modificar las características físicas del
papel, por ejemplo blanqueantes, colorantes, etc. La diferencia entre unos y
otros estriba en el tamaño de los gránulos (mayor en el caso de las cargas), y
en el lugar en que se aplican en el proceso de fabricación (cargas, en la masa,
pigmentos en la superfície).
Otros Aditivos.
Su función es ayudar en el proceso de producción (antiespumantes, microbicidas,
etc.).
Tipos de fibra
Existen 2 tipos de fibra del papel:
Fibras cortas: Se obtienen de árboles de hoja caduca, como
el eucalipto o el haya. La longitud media de las fibras es de 1 mm, y su
principal característica es la lisura que aportan al papel.
Fibras largas: proceden de árboles de hoja perenne. Su
longitud oscila entre los 2 y los 4 mm. Confieren resistencia al papel.
¿Qué es el sentido de
la fibra del papel?
La fibras del papel no aparecen en direcciones aleatorias,
sino que la mayor parte de ellas se alinean en un sentido determinado. Este
sentido le es conferido al papel durante el proceso de fabricación.
La dirección de la fibra es la causante de que sea más fácil
cortar, doblar y encuadernar una hoja de papel si lo hacemos a favor de dicha
dirección (“a fibra”) que si lo hacemos en contra (“a contrafibra”).
CONSERVACIÓN, PROTECCIÓN
y ALMACENAJE DE LA OBRA GRÁFICA.
Las estampas suelen ser muy sensibles a la luz, a los
factores ambientales y a una manipulación inapropiada, por lo que se aconseja
que se enmarque o almacene en el lugar adecuado lo más rápidamente posible.
PROTEGER DE LA LUZ:
La exposición prolongada a una luz muy directa o en exceso
puede causar decoloración de los pigmentos y el papel haciendo que amarillee si
no fuera de PH neutro. Éste es el motiov por el que observarás en las
exposiciones de estampas, de obra sobre papel en general, que las condiciones
lumínicas son tan tenues. En el ámbito doméstico, conviene evitar fuentes de
luz de día que contienen rayos ultravioletas (UV) especialmente dañinos.
También contienen UV las bombillas halógenas y los tubos fluorescentes, no así
las de tungsteno -ya en desaparición- que son más recomendables siempre que
evites el calor por proximidad.
TEMPERATURA Y HUMEDAD RELATIVA: La temperatura y humedad
constantes adecuadas para el papel son de 20º C y un 60% de HR. Los cambios en
éstas, sobre todo en la humedad, causan ondulaciones que deterioran la estampa
afectando a la estructura interna del papel. En periodos muy húmedos o en zonas
costeras también hay que vigilar la proliferación de moho.
ACIDEZ: Para prevenir
el incremento de acidez, todos los elementos del enmarcado, incluido el
paspartú y la moldura, no deben entrar en contacto con papel y ser de un PH
neutro o ligeramente alcalino (100 % algodón). Como protección trasera usa un
cartón rígido antihumedad libre de ligninas que ayudará al perfecto sellado del
cuadro y procura que la estampa no esté en contacto con el vidrio.
SUCIEDAD: Aparte de la manipulación o almacenaje incorrecto,
el polvo y la contaminación de las grandes ciudades manchan la superficie
porosa del papel formando químicos que lo decoloran y debilitan. Es difícil que
un coleccionista o propietario de estampas pueda controlar la calidad del aire,
por lo que de nuevo se insiste en el sellado adecuado. Por otro lado también es
común disponer gran cantidad de obras sueltas que debe protegerse. Se
almacenarán en carpetas que cumplan con los requisitos de rigidez, alcalinidad
y blancura nombradas o guardadas en cajoneras planas de metal que evite marcas
de presión inadecuadas. Nunca las enrolles, por muy grandes que sean. Si las
estampas fuesen de gran valor, manipúlala con guantes blancos de algodón.
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