jueves, 16 de marzo de 2017

Tiraje firma y numeración





Una vez seco el grabado pasamos a numerarlo y firmarlo.
Para llevar una numeración precisa y honesta hay que tener actualizado el registro de cada plancha.

Debajo de cualquier grabado generalmente en la esquina inferior izquierda verás una fracción numérica o unas siglas. 1/N significará que es la primera impresión de una edición de N ejemplares. 50/N significa que ese grabado es el  número 50 de una serie de N y así sucesivamente. Por norma general todos los grabados tienen el mismo valor económico con independencia a su numeración pero hay excepciones como las Pruebas de Estado. En el centro del grabado se suele poner el título (si lo tiene) y a la derecha la firma del autor.

Por el reverso de cada impresión que se entregue al taller se anotará el nombre completo del autor, la técnica y los procesos usados para dibujar, así como las fechas de impresión, esto con la finalidad de tener un archivo de muestras e impresiones de lo explorado en el taller como experimentación.

Estos datos siempre se escriben con lápiz y no con tinta. El lápiz se conserva inalterable en el tiempo y en caso de equivocarnos con la numeración o la firma hay posibilidad de borrar y rectificar.

Aparte de esta numeración también puedes utilizar estas siglas :
          P/A significa Prueba de Autor o prueba de Artista y corresponderá por lo normal al 10% de la edición total. Las pruebas de autor pueden en ocaciones ser de mayor valor.
          P/E significa Prueba de Estado. Suelen ir precedidas de un número romano P/EI;P/E II; P/E III etc, y son las que realiza el artista para ir viendo la evolución de su plancha, son únicas por lo que pueden tener un gran valor para los coleccionistas. Son como bocetos de una obra que va evolucionando y cada P/E puede ser muy diferente al anterior.

          P/ENSAYO Generalmente se escribe así: Prueba de ensayo I, Prueba de ensayo II… Son aquellas en las que el artista o estampador hace pruebas para decidir el color de la tinta, el gramaje del papel etc.

          P/F (Prueba final ) Es lo que llamamos la buena para la tirada Bon à Tirer y servirá de modelo para toda la edición.

          H/C,  Hors Commerce Es la  prueba fuera de comercio, aquella que se exhibe o regala a un organismo o institución.

        B/T, en Bonne Tirer es una copia modelo, la cual será la regla a seguir por los impresores. Esto solo se registra cuando son tirajes grandes y son comerciales.

        P/I, La Prueva de Impresor es un registro que se marca ya que en algunos espacios o talleres profesionales los impresores se quedan con el 10% del tiraje. 

Cada vez que se numere un grabado debe llevarse al libro registro y apuntarlo. Sería un gran error (y poco honesto) “perder la cuenta” de manera que cuando volvamos a estampar desconozcamos este dato y por ende, el grabado perderá gran parte de su valor. Lo mejor es tener un fichero digital con estos datos y una copia de seguridad en papel.

La esquina inferior derecha es el espacio designado para la firma del artista y a veces se incluye la fecha de estampación (no de creación) pero también puedes hacer una marca en seco: una huella sobre el papel con tu logo.

Si recurres a un estampador profesional para hacer la edición es una deferencia que también aparezca su firma al lado de la palabra impressit.
Ya solo queda guardar el grabado en un lugar protegido de la humedad hasta su futura exposición, venta o cualquier otro fin. Recomiendo conservar los ejemplares entre papeles con PH neutro.

¿Qué hacer cuando se estampa el último ejemplar de la tirada?
Imaginemos que has llegado al 50/50… Lo honesto es destruir la placa con la punta seca. Basta con dibujar una raya  de lado a lado y para que quede constancia de la destrucción. Esta matriz “rayada” tienes que entintarla y el grabado debe permanecer en el inventario registro del autor.
En el mercado no suelen circular estos ejemplares pero hay coleccionistas que buscan precisamente este registro “difunto”


Numerar las estampas es una práctica relativamente reciente que responde a motivos económicos y de control que nada tienen que ver con la calidad estética. Se realiza mediante una fracción en la que el numerador indica el número de la prueba y el denominador el total de la edición. Hay quien piensa que las  hojas que llevan los primeros números son las más valiosas, pero, aunque se pretende, este numerador no tiene por qué coincidir con el orden en que fueron estampadas. Esta idea procede de tiempos antiguos en el que se hicieron ediciones abusivas de planchas que siguieron siendo estampadas, incluso, sin permiso del artista quedando muy desgastadas por las sucesivas impresiones. Mira este curioso ejemplo de José de Ribera… Es cierto que las primeras estampas son las mejores, pero la actualidad las ediciones mantienen cierta “estabilidad” en la que todas, de la primera a la última, conservan un nivel de calidad similar. El artista con su firma es quien da fe de ello.

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